El precandidato a presidente por el Frente para la Victoria, decretó en 2014 la "Emergencia en Materia de Seguridad Pública" y destinó recursos a la creación de una Policía de cercanía que asoma más como un maquillaje electoral que como una decisión política respecto a la seguridad en la Provincia de Buenos Aires.

La principal preocupación de la sociedad en la Argentina es la seguridad. Según el Laboratorio de Investigaciones sobre Crimen, Instituciones y Política (LICIP) de la Universidad Di Tella, en el AMBA se comenten allí, en promedio, el 35% de los delitos de la Argentina.

Existen seis fuerzas de seguridad con facultades de intervención: la Policía Federal, la Bonaerense, la Metropolitana, Gendarmería Nacional, Prefectura y la Policía de Prevención Local, que deben coordinar operativamente sus acciones en el territorio, con el objetivo de eficientizar la intervención y la prevención de los hechos delictivos en la zona más caliente del país.

La Constitución Nacional delega la responsabilidad de la seguridad a las provincias, luego de los sucesivos fracasos en los intentos de consensuar un proyecto de Policía Local en la Legislatura, esta fuerza, con una capacitación record salió a las calles a principios de 2015 y ya funciona en los distritos de Ezeiza, Avellaneda, Lomas de Zamora, La Plata, Dolores, San Fernando, Tigre y Almirante Brown.

La convivencia entre la Bonaerense y la flamante Policía Municipal, comenzó con fuertes chispazos que manifiestan la tensión entre ambas fuerzas de seguridad. Las tensiones más graves se vienen dando en La Plata, epicentro del gobierno bonaerense donde opera la jefatura de la Bonaerense. Allí, al segundo día que los efectivos de la Policía Municipal salieran a caminar las calles de la capital provincial, un efectivo fue detenido por personal de la Bonaerense mientras trasportaba marihuana y cocaína en su automóvil, según informó el periódico 'La Política Online'.

Cuando refieren desde la provincia que "se están ocupando" de la seguridad, creemos que es un slogan de campaña. Los principales obstáculos y desafíos que enfrenta el desarrollo de una política de seguridad ciudadana a nivel metropolitana se encuentran en la necesidad de superar restricciones que van más allá de los recursos financieros.

Hay déficits estructurales y de sistema fundamentales, como son estos problemas de gestión institucional coordinada entre organismos, de carácter técnico-informativo, de estadísticas y sobre todo de planes de acción.

Por ello es que queremos marcar que no alcanza sólo con disponer recursos, sino disponer eficientemente y con una visión distanciada de fines electorales. La seguridad, junto con la salud y la educación, deberían estar fuera del ojo de tormenta en la campaña electoral.

Daniel Scioli es el gobernador de la provincia más importante del país y tomó a la seguridad como su caballo de batalla para desembarcar en la presidencia. Es una cuestión que no sólo debe atenderse en la urgencia, sino que en paralelo, debe tener un tratamiento a mediano y largo plazo.

Se la debe pensar integralmente, no sólo desde la coordinación de las fuerzas de seguridad, sino sumando también una articulación entre los responsables de las distintas áreas que hacen a la cuestión de la seguridad como fenómenos integral, incluyendo instancias como el mejoramiento del espacio público, educación, salud, inclusión social, etc.

Con Fé y con Esperanza no alcanza.