Sietealtos dirigentes del máximo organismo del fútbol mundial fueron arrestadoseste miércoles en un hotel de la ciudad suiza de Zurich por cargos decorrupción, antes de participar en el congreso anual de la FIFA. La Justicia delos Estados Unidos, apoyada por una investigación del FBI que lleva más de dosaños en desarrollo, decidió los arrestos en el proceso que investiga losprocesos de adjudicación de las Copas del Mundo de Rusia 2018 y,fundamentalmente, 2022, en Qatar.

Lo que a primera medida me resulta interesante señalar es lasorpresa, escándalo y estupor del público en general y de los medios periodísticosen particular sobre ésta detención de los jerarcas del mundo del Fútbol.

¿Cuál esla intención? ¿No existía ya una denuncia sobre los sobornos para elegir lasede del mundial? Al margen de mi escepticismo y defraude sobre los colegasdeportivos, me da la impresión que otra vez nos estamos sacando de la bolsa deresponsables y legitimadores de estas situaciones. Como público, como país,como dirigentes, como periodistas, como hinchas.

La Fiscal General de Estados Unidos, Loretta Lynch,  señalóque "los detenidos utilizaron sus posiciones de confianza para pedir coimas acambio de los derechos comerciales, y lo hicieron una y otra vez, año tras año,torneo tras torneo". Pero claro señora, nosotros también losabemos, pero nunca denunciamos a estos dinosaurios, ni al dos de FIFA que hoy añoramospara resolver los problemas domésticos.

En tal sentido, la legitimacióndel afano es la palabra de Humberto Grondona (hijo de Don Julio) en Clarín que se refirió alhecho "No me sorprende. Por lo que hablé en su momento con mi padre, sabíamosde ciertas irregularidades que se habían sucedido con las elecciones de lasciudades para Mundial”. Claro,nosotros no fuimos, fueron ellos. Ellos.

Aún no descubrí que es lo que más me irrita de ésta situación, si el hecho de corrupción que, insisto, ya lo sabíamos, la certeza que "Sepp" Blatter va a continuar manejando la FIFA o la inevitable relación entre este suceso con lo ocurrido en el Superclásico en la Bombonera, porque la corrupción es la peor de las inoperancias.

Lamento la recurrente de ofrecer un nuevo paradigma de información, principalmente en el ámbito deportivo, donde se subestima al público y se utiliza la pasión en mixtura con la opinión, buscando legitimación. Me salió un verso...