En junio, pero de 1976, desapareció Alberto Ledo. Tenía 20 años, era riojano, estaba cumpliendo el servicio militar obligatorio y era asistente de César Milani, actual Jefe del Ejército. El 17 de junio, Esteban Sanguinetti, superior de Milani durante el último golpe, llevó al pequeño soldado a hacer un "recorrida" por Monteros, localidad tucumana. Así fue como Ledo pasó a formar parte de la lista de "desaparecidos" que oscurece nuestra historia.

En el 2010, el Secretario de Derechos Humanos de la Nación presentó un documento. En el mismo se detallaba un organigrama, realizado por los militares, en el cual Alberto Ledo estaba identificado como "responsable gremial y reivindicativo".

Ser catalogado de tal manera, era más que suficiente para colocarlo como blanco, en el autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional".

En agosto del 2013, Sanguinetti quedó procesado y con prisión preventiva, por ser presunto responsable del secuestro y homicidio de Alberto. Milani se encuentra acusado de haber encubierto el crimen y de falsificar el acta de "deserción" del nuevo ausente. Él debería haber investigado la causa de la muerte del veinteañero. Ser un "desertor", como se detalla en el informe del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) sobre la actuación del General Milani, fue uno de los instrumentos utilizados por los militares para ocultar la desaparición forzada de soldados.

(Para profundizar, página 360 del "Nunca Más", apartado F)

En otro informe del CELS, presidido por Horacio Verbitsky, Milani ratificó que firmó el acta de la deserción de Ledo, pero que fue "por azar". Además, desconoció el Batallón 141 de La Rioja, donde él trabajó, como Centro clandestino de detención y negó la presencia de presos en ese lugar.

Datos confirmados judicialmente y en el "Nunca Más".

Existieron maniobras e intentos de desvirtuar la investigación. En primer lugar, un testigo borocotizado, llamado Jorge Páez, quien declaró en contra de Milani pero luego a su favor, ahora es investigado por falso testimonio. En segundo lugar, la defensa del Jefe del Ejército pidió el apartamiento del Fiscal que lo acusa, pero la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, se lo negó.

Al caso de Ledo, aquí resaltado porque es el que más pruebas sustenta, se le suma el de Ramón Olivera, que acusa a Milani por apremios ilegales; Oscar Schaller, lo culpa por privación ilegítima de la libertad y Verónica Matta lo denuncia por ser líder del operativo en el que fue secuestrada y, además, partícipe de los interrogatorios.

César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani, es el elegido por nuestra Presidenta para ser el Jefe del Ejército. ¿Cómo puede ser posible? No sólo por el discurso oficial, sino también por lo que hizo este Gobierno para que gente como Milani sea juzgada.

Como si no resultara confuso el sostenimiento de este personaje, adquiere más poder en la Secretaría de Inteligencia, luego del descabezamiento del organismo en diciembre del año pasado. Consecuentemente, Graciela Ledo, hermana del desaparecido, denunció que escucha ruidos en su teléfono, señal de que estaría pinchado.

¿Por qué Milani? ¿Cómo puede ser posible? Inmenso repudio.