Solemos escuchar por el mundo que somoscreídos, extrovertidos, confianzudos, simpáticos, “chamuyeros”, con buen sentido del humor, mentirosos y muchascosas más, pero… ¿Qué opinan los especialistas? ¿Cómo somos los argentinos?
El psicólogo Felipe Martínez, Licenciado en la Universidad de Buenos Aires (UBA), nos da su mirada al respecto.
¿Cómo podrías describir a los argentinos?
Un argentino es extremadamente sociable yhablador, tanto cuando pretende proponer un tema de su gusto o una opinión,como cuando desea responder a la de otro. No se queda callado para nada, sienteque debe hacer notar su opinión, la cual que tiene valor.
Algo distintivo esque esto ocurre en igual medida con la gente conocida (familiares y amigos)como desconocida (con los que comparte la fila de la caja del supermercado).También es bastante despreocupado por las situaciones problemáticas, y conmucho uso del humor e ironía sobre ellas.
En relación a la Psicología, ¿dentro de quepersonalidad podríamos enmarcarnos?
¿Por qué crees que somos así?
Como pasa con todas las capacidades, losociable viene de la mano de lo genético: los padres y abuelos con personalidadextravertida que transmiten sus genes a las otras generaciones, hacen másprobable que éstas se comporten igual. En relación a lo social, tiene que veren cómo enseñan los padres a comportarse, es decir, lo que se observa que hacenellos frente a distintas situaciones, el refuerzo y valor que se le da aciertas conductas y no a otras por la sociedad Argentina, etc.
Y eso que mencionabas anteriormente dequerer expresar nuestra opinión, ¿de dónde puede venir?
Lo de querer expresar siempre su opinión,puede venir de una necesidad de validación que tiene de fondo un temor a pasara un segundo plano, a no ser parte de la situación; al argentino le gusta serprotagonista, destacar, o por lo menos ser participante.
También puede debersea la necesidad de encontrar apoyo para ver si se opina como la mayoría o se esun “desviado”. O también, creo, al desafío que significa encontrar a alguienque opina distinto para ver si se lo puede convencer, o ganarle en argumentos.
¿Y el humor frente a los problemas?
La despreocupación y humor respecto a losproblemas puede deberse tanto a unasensación de control por lo que se hace (“tengo la capacidad para resolverlo”),como de resignación (“esto escapa de mis manos, no es sólo problema mío”).
Y vos, ¿te sentís identificado?