Este 10 de dicembre se cumplió un año de la derrota del kirchnerismo ante Cambiemos, asumiendo la presidencia Mauricio Macri, poniendo fin a la 'Década Robada'.

El kirchnerismo, una mutación ultra derechista del peronismo, pero al final con raíces justicialistas, gobernó durante doce largos años a Argentina, provocando que los años que se suponía serían dorados para dicho país, se convirtieran en déficit y destrucción paulatina e ininterrumpida.

Esta nefasta década robada inició con Néstor Kirchner, quién ganó porque su competidor, Carlos Menem (otro peronista que aportó su gran cuota de destrucción a la Argentina), se bajó de ballotage.

Sin embargo, incluso Carlos Menem -quien hasta ese entonces era el peor presidente de la historia Argentina-, de ganar no tendría planes tan viles y destructivos para el país.

Con su suertuda victoria y apoyado por el peronismo que era mayoría, Néstor Kirchner asumió el poder instalando en el momento de asunción una asociación ilícita conformada por todos sus amigos cómplices que se instalaron en el Estado para ocuparse pura y únicamente de robar el país, y destruir lo que no le alcanzaban sus manos a robar. Esta asociación ilícita se encargó hábilmente de instalar un relato a la población, de progreso, de esperanza, de grandeza, pero solo fue una fachada utilizada para llenar sus bolsillos vaciando las arcas del estado.

Tal así fue la fachada, que al finalizar la década robada, se develaron las irregularidades de todas las instituciones prostituidas por los K: el INDEC, la AFIP, el RENAR, la Aduana, el Correo Argentino, las obras sociales, el ANSES, absolutamente todas las herramientas del Estado que fueron utilizadas para robar. Incluso los planes sociales y las ONG encargadas de ayudar a los necesitados fueron malversados para su empleo en el plan más corrupto y organizado que un Estado jamás haya enfrentado.

Esto funcionó obviamente por la corrupción en la Justicia, donde jueces como Oyarbide y Zaffaroni colaboraron con la corrupción por propio beneficio, lo que provocó que las denuncias de verdaderas heroínas como Lilita Carrió fueran cerradas y descartadas en tiempo récord.

Sin embargo, esto no provocó solo pérdidas monetarias de proporciones bíblicas, el kirchnerismo también robó las vidas de muchos argentinos.

Tanto Ricardo Jaime, como Daniel Scioli y sus allegados fueron cómplices de una operación de compra de trenes en mal estado que dejaron a la población a merced de la tragedia -hablamos de lo ocurrido en Once-. Y este solo es un ejemplo de muchos casos de muerte que fueron causados indirecta o directamente por culpa de la corrupción y el terrorismo de Estado K. Otro claro ejemplo es el asesinato del fiscal Alberto Nisman.

Teniendo en los anales de nuestra historia el horrible recuerdo de la miseria, el robo indiscriminado y la barbarie del kirchnerismo, es necesario recordar que el peronismo se está reorganizado y planean volver, cosa que si la Argentina aprendió su leccion, no debería volver suceder nunca jamás.