A finales del corriente mes el Papa Francisco llegará a Estados Unidos. Una de las cosas que se espera es que le pida al pueblo norteamericano que deje por un momento sus diferencias políticas y se unan en la lucha de tópicos como el cambio climático, la desigualdad económica o la reforma migratoria.

Analistas y periodistas lo consideran el anti Donald Trump. Recordando que el pre candidato Republicano ha tenido dichos xenófobos (culpa a inmigrantes de la inseguridad; plantea deportaciones masivas y murallas fronterizas si es electo), misóginos (hace poco contra una periodista por ejemplo; Francisco considera que la mujer debe tener un lugar mayor en la Iglesia Católica), es pro guerra y parece desconocer (o no le interesan) las problemáticas del mundo.

Para muchos el mensaje papal puede ser considerado un respiro en Washington, una pausa después de las duras contiendas que se han suscitado en el Senado y por la venidera campaña presidencial.Un oficial de campaña del partido Demócrata sostiene que tantoDemócratas como Republicanos deben cuidar sus modales por así decirlo durante la visita del líder de la Iglesia Católica. De parte del equipo de Trump no hubo declaraciones.

Aunque el Sumo Pontífice realiza una misión pastoral no se puede negar que estas siempre dejan algún mensaje a la política. La llegada a Washington el 22 de este mes hará que numerosos grupos aprovechen para promover sus distintas causas. Visitará el 23 el congreso junto al Presidente (aceptando una invitación siempre declinada por sus predecesores) y además le hablará a legisladores.

Sin duda la primera visita al país del norte de Jorge Bergoglio tendrá una gran carga política.

Desde su asunción en 2013 el argentino ah sacudido el mundo católico y generado polémicas por igual. Más allá de todo a pedido enérgicamente porque los gobiernos se encarguen de la pobreza, una justicia más humana, ponerle un alto al cambio climático (poniendo al hombre como principal responsable) y entre otras cosas siempre crítico del capitalismo sin control.

Expertos del Vaticano sostienen que Francisco no ve la política con el lente bifurcado de los estadounidenses. Pero está más que interesado en como las acciones del país norteamericano afectan al mundo entero.