Finalmente las clases no comenzarán el próximo lunes, por culpa de los gremios docentes que se empeñan en desestabilizar a María Eugenia Vidal.
El conflicto docente por los sueldos es un conflicto milenario en Argentina que no se logró solucionar bajo ningún gobierno, ni peronista ni de otra estirpe. Sin embargo el conflicto este año está especialmente exacerbado, y no es casualidad que este año también se presentan las tan llamativas elecciones. Tanto la inflación como la situación económica del país no mejoró en el primer año del gobierno de cambiemos de forma significativa, si bien el gobierno Kirchnerista dejó el país minado de bombas que a duras penas el gabinete de Macri logró desactivar, la situación sigue siendo muy desalentadora en especial para la clase media.
El caso de los maestros no es la excepción, por lo cual en las paritarias se les fijó en primer momento un aumento del 18% lo cual especula el gobierno que logre sobrepasar la inflación de este año, y aunque ciertamente ese aumento es favorable y fue aceptado positivamente por la gran mayoría de gremios de maestros provinciales, no es el caso para Buenos Aires, donde los gremios están liderados por el golpista reincidente, Roberto Baradel, de quien se duda si incluso está acreditado para ejercer autoridad como gremialista.
Roberto Baradel, conocido gremialista de choque, siempre tuvo conflictos con el gobierno provincial por los aumentos, y con su egoísmo y golpismo varios años les costó muchos días de clase a los chicos de la Provincia de Buenos Aires, y del país.
La razón de esto es la estrecha relación entre Baradel y los punteros del núcleo más duro Kirchnerista, como lo son D’Elia, Esteche, Boudou, o obviamente su fanatismo por la ex líder política y multi procesada judicialmente, Cristina Kirchner.
El objetivo principal de Baradel es dejar mal parada a Eugenia Vidal, quien prometió en campaña que las clases empezarían a tiempo este año, sin embargo también prometió que no se dejaría extorsionar por gremialistas corruptos.
Baradel siempre estableció el paro en contra de funcionarios no Kirchneristas y siempre lo utilizó como medida de extorsión, menos el año que Scioli se alió con el Kirchnerismo como candidato a presidente.
Este año el gobierno levantó el techo y el piso de paritarias para una discusión flexible, e incluso el gobierno ofreció un pago adelantado no remunerativo, solo a razón de levantar el paro, pero ni siquiera esta tentadora negociación convenció a Baradel quien insiste en un paro para perjudicar al gobierno.
Sin duda este conflicto tiene tintes políticos que deben resolverse, así como las reglas gremialistas que deja liderar a extorsionadores y corruptos, como Roberto Baradel quien está aliado al viejo Kirchnerismo.