Un nuevo capítulo en la novela judicial que vive la Argentina; otra mancha de vergüenza para la justicia Argentina, y una razón de festejo para los kirchneristas, Amado Boudou quedó libre.
Luego de setenta días detenido en prisión preventiva por la causa de enriquecimiento ilícito, Amado Boudou recuperó la libertad por decisión de la Cámara Federal Porteña. La prisión que se dictó para el ex vice presidente de la Nación fue por causa firma de que podría fugarse, o entorpecer la investigación por sus medios económicos, sin embargo esta causa fue desestimada por los camaristas que votaron en mayoría a favor de su liberación, aunque solamente hasta que sus causas tengan un juicio oral y una sentencia firme.
Si bien es cierto que la prisión preventiva fue una medida cautelar excesiva y mal aplicada (aunque si se aplicó bien en otros ex funcionarios corruptos de la gestión anterior como lo fue con Julio De Vido), las causas de Boudou difícilmente podrían conseguirle años de prisión efectiva. Sin embargo, este bochorno judicial no fue desaprovechado por el ex funcionario Kirchnerista. Como es habitual la victimización y el reclamo de persecución política fue el discurso argumentado, y además, festejado porque por una vez este revés de la justicia les da una razón concreta para cubrirse.
La Justicia pasó de ser ciega durante la década infame de gobierno kirchnerista, a ser lenta en la nueva era Macrista; en la actualidad actúa torpemente por miedo a represalia sociales a pesar de su pobre desempeño.
Esto no solo empaña la gestión de Macri, ya que la oposición intenta adjudicar el mismo estos desmadres judiciales, sino que también empobrece y encarece la calidad de la justicia ya muy deteriorada de nuestro país, que necesita urgentemente castigar a los corruptos y ejemplificar a la política actual, para que la Argentina recupere no solo robado, sino su dignidad.
El siguiente episodio de esta novela judicial ocurrira quizás con finalmente la elevación a juicio de las causas de Boudou, o con el caso del inminente desafuero de Cristina Fernández de Kirchner, o Carlos Saúl Menem, dos grandes corruptos, ladrones y ex presidentes que traicionaron a la patria en beneficio propio, pero actualmente cuentan con fueros judiciales por lo cual no pueden ser juzgados, pero que las pruebas y la historia demostraron que son quizá los protagonistas del mayor retroceso como país de la república Argentina en las últimas décadas.