Argentina inicia un nuevo año con buenos pronósticos en materia de Salud para su población. Ha entrado en vigencia una norma que prohíbe tácitamente la presencia de grasas trans en los alimentos industriales.

Paso fundamental para prevenir enfermedades cerebrovasculares y cardíacas. Con la medida en rigor, este país da un gran avance en la prevención de las enfermedades ocasionadas fundamentalmente por las grasas. La esperanza se deposita en que se prevengan, y en consecuencia se reduzcan, las afecciones cerebrovasculares y del corazón. 
Las "trans" son nocivas porque incrementan el colesterol malo (LDL) y bajan el bueno (HDL). La envergadura de la decisión fue recibida con beneplácito por la Fundación Interamericana del Corazón-Argentina (FIC). 


Disminución de más de 5000 episodios coronarios por año.

La cartera de salud argentina aseguró que se salvarán 1500 vidas, se prevendrán 2.800 infartos y más de 5.000 episodios cardíacos por año. La frecuencia de las lesiones coronarias disminuirá en un seis por ciento dentro de los próximos cuatro a cinco años.

Ahorro de 100 millones de dólares. Además, el sistema sanitario nacional ahorrará 100 millones de dólares, dado que se evitarán complicaciones y tratamientos de alto costo cardiovasculares.

Restricción en alimentos procesados. El Código Alimentario establece que los ácidos grasos trans (AGT) no deben superar el 2% del total de grasas en aceites vegetales y margarinas y el 5% del total de grasas del resto de los alimentos procesados.

Beneficio para sectores vulnerables que consumen alimentos económicos. Se verá favorecida especialmente la población vulnerable que tiene menos acceso a los alimentos en general y opta por los de menos costo, los que que suelen conformarse de más grasas trans; ahora no habrá ninguna distinción: toda la alimentación, cara o barata, debe respetar los porcentajes fijados.

Tercer país del mundo que se declara libre de grasas trans.

Luego de Dinamarca y Suiza, Argentina es el tercer país en todo el mundo en declararse libre de este tipo de grasas y ocupa el primer lugar de los países del Sur en desarrollo. Chile considera que logrará imponer la medida en 2016.

En principio, el Gobierno nacional argentino, otorgó a la industria un tiempo de dos años para que se adecuara a aplicar los porcentajes determinados en aceites vegetales y margarinas; ello fue en 2010, añadiendo un plazo de cuatro años para los otros alimentos que venció en diciembre de 2014.

Ya en 2006 impuso que las etiquetas de los productos alimenticios informaran la cantidad de AGT que poseían.

AGT. Reconocidos como las grasas trans, surgen de una elaboración hidrogenada de aceites vegetales líquidos que acaban creando grasas semisólidas, utilizadas habitualmente en alimentos industrializados como la bollería. Numerosos estudios a finales de los 90 plantearon que eran perjudiciales para la salud.



"La ventaja industrial". Una investigación de la FIC de 2013 en supermercados, halló que entre las marcas argentinas de 878 productos, 42 superaban el límite, destacándose los baños de repostería, alfajores, barritas de cereales y mercancías de panadería. 

En su oportunidad, las grasas trans se expandieron por una razón de ventaja industrial: su preparación rinde más ganancias, al tiempo que mejoran la conservación de alimentos en el verano, amplían su vida útil y, por ejemplo, no se derriten las coberturas de dulces.

El desafío de los argentinos. Se necesita que la sociedad civil acompañe esta política, que exija a comercios y empresas que la acaten y, si es preciso, formule las denuncias pertinentes.