Desde el pasado 3 de diciembre, el contenido admisible en alimentos, en lo que se refiere a grasas hidrogenadas industriales será, tan sólo, del 5%. Esto convierte a la nación Argentina, en el primer país del continente americano, que pone límites a los alimentos procesados.

Se trata del Código Alimentario Argentino que ha puesto en vigor el control en la elaboración de todo tipo de alimento o bebida, haciendo especial hincapié en los aditivos utilizados para su producción. Igualmente, han empezado a ser objetos de control, cualquier entidad o persona que se encargue de distribuirlos o conservarlos.

Hace más de una década que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconsejó la eliminación de las grasas de origen industrial, denominadas "trans" y que son utilizadas por la industria alimentaria para, principalmente, la conservación de los alimentos. Éstas son obtenidas en un proceso de hidrogenización del aceite de origen vegetal. Fue el pasado año 2010 cuando el Código Alimentario sufrió una modificación en su artículo 155, en el que se acordó reducir progresivamente el uso de estas grasas.

De cualquier modo y más allá de las regularizaciones que se vienen llevando a cabo, se recomienda poner atención en las etiquetas obligatorias que figuran en los alimentos, donde se puede confirmar el porcentaje de trans utilizadas en su elaboración.

El nuevo Código Alimentario alberga más de mil 400 artículos que, a su vez, derivan en 21 capítulos, y que incluyen diferentes condiciones en cuanto a la elaboración de los alimentos así como su conservación. Con base en la Ley 18.284, que reglamenta el Decreto 2126/71 en su Anexo I, el nuevo Código Alimentario Argentino, se considera prioritario poner a resguardo la salud de las personas y aboga por la transparencia en los tratos comerciales.

Según el Ministerio de Salud de este país, se espera que esta medida reduzca considerablemente la cifra de muertes causadas por fallos coronarios y cardiovasculares que, en estos momentos se cifran, al año, en mil 500 y 8 mil, respectivamente. "Alabamos esta iniciativa que convierte a Argentina en el tercer país en el mundo en regularizar las grasas hidrogenadas. Por delante, tan sólo, Dinamarca y Suiza, que fueron los pioneros en Europa. Esperemos, que este ejemplo, cunda en el resto del mundo".