Alejandro Jodorowsky, escritor, actor, director de cine nacido en Chile y nacionalizado francés en el año 1980, es el creador de la técnica terapéutica llamada 'psicomagia', donde conjuga el psicoanálisis, la filosofía oriental, el Arte, el teatro y el chamanismo, con una finalidad curativa.
Esta técnica se basa en la creencia de que el inconsciente percibe los actos simbólicos o mágicos, como si fuese la realidad misma. Por tanto, la persona al realizar un acto teatral adaptado a ella y su situación particular, se modifica el comportamiento del inconsciente, curando dolencias somáticas o traumas psicológicos.
Los actos que lleva a cabo la persona, son performances que permiten que el punto problemático inconsciente, se ejecute en el mundo real, metafóricamente hablando; rompiendo de esta forma, el círculo vicioso que provocaba el comportamiento inadecuado. Esas puestas en escena teatral pueden parecer chistosas, ridículas u ofensivas; sin embargo, tienden a modificar un trastorno mental, emocional, corporal o sexual que padece la persona o consultante.
De acuerdo a su autor, dos son los factores que garantizan la eficacia del acto: la capacidad del psicomago de diagnosticar apropiadamente el problema, y la confianza que el consultante tiene en él y en la técnica.
Las premisas en las que se apoya esta técnica, son las siguientes:
- Frente a una situación de fracaso, la persona cambia el rumbo de su camino.
- Primero es esencial ir por donde el ser humano no es, para poder llegar a lo que es, y es en ese punto donde se alcanza la mayor felicidad.
- En un estado de enfermedad, la persona no tiene consciencia de lo que es y tiene prohibido ser lo que es.
- A través del lenguaje del arte, el lenguaje literario, es posible elevar ese nivel de consciencia.
La psicomagia se posiciona a medio camino entre la teoría freudiana y el teatro propiamente dicho; montada con un lenguaje poético, pretende enfrentar a la persona con sus propios miedos y que sea ella la que decida cuál camino elegir a partir del entendimiento de su desequilibrio.
A pesar de la gran difusión que ha tenido esta técnica en los últimos años, elevándose el número de lectores y practicantes de la misma, sus detractores apuntan a precisar que no se trata de una disciplina válida o comprobable científicamente, es decir, no es apta para su contrastación, por lo tanto, no es una ciencia.
Aunque el mismo Alejandro Jodorowsky señala que 'la psicomagia no pretende ser una ciencia, sino una forma de arte', donde el arte se convierte en un medio terapéutico y la belleza es una forma de liberación, ningún profesional de la medicina la avala y aconsejan realizar la debida consulta médica, especialmente en aquellos casos de enfermedades o trastornos severos.