La superestrella de la televisión mundial, Kim Kardashian, ha decidido recurrir a la cirugía plástica una vez que dé a luz a su segundo hijo. La socialité ha estado consultando a los mejores cirujanos estéticos de Estados Unidos para recuperar su físico luego del alumbramiento. Kim quiere operarse el vientre para que se lo dejen plano, también levantarse el busto para que vuelva a verse firme y por último, realizarse una lipoaspiración para que no le queden kilitos de más. La modelo no soporta las consecuencias que deja un embarazo, por lo que ya tiene decidido arreglar el tema poniéndose en manos de los mejores profesionales de la estética y no escatimará en gastos con tal de verse perfecta nuevamente.

La famosa fémina es consciente que su cuerpo es su principal fuentes de ingresos, en su caso su físico es un activo como para una mujer común podría ser un título universitario, sólo que Kim es famosa y rica.

Todo el mundo sabe cuánto odia Kim su embarazo, ya que ella misma se lo ha dicho a la prensa: el embarazo hace que suba de peso, debe orinar muy seguido, se pone de mal humor, y lo peor de todo para ella es que no puede usar zapatos de taco alto porque se ensanchan sus pies. La más famosa de las Kardashian sufre tanto su estado de gravidez que quiere recibir una recompensa de parte de su esposo, el empresario y músico Kanye West, ella desea que él le regale un collar de diamantes de la marca Lorraine Schwartz.

Kim Kardashian cree que ella merece un "premio" así por todos los malestares padecidos y además porque le dió a su marido el hijo varón que tanto anhelaba, el tiempo dirá si West accede al costoso pedido de su bella esposa, aunque dinero es lo que a él le sobra, como así lo demuestra su fabuloso estilo de vida.

Las futuras intervenciones quirúrgicas de Kim Kardashian tienen sentido puesto que la modelo no quiere tener más hijos, cree que ser padres de dos descendientes está perfecto, ya que de esa manera serán el paradigma de la familia norteamericana ideal.