La superestrella de la televisión internacional, Kim Kardashian, es capaz de todo con tal de verse perfecta. La socialité tiene programado someterse a siete cirugías plásticas para recuperar su bella imagen luego de dar a luz a Saint West, su segundo hijo, el 5 de diciembre último. El embarazo le dejó 24 kilos de más, y hará lo que sea necesario para recuperar su físico. Ella es consciente que su imagen es el atractivo más importante que posee, por eso debe recobrarlo rápido, para mantenerse en la cima de la fama.

Esas siete intervenciones quirúrgicas abarcan su cara y su cuerpo.

En el rostro, ella remodelará sus pómulos para redefinir sus facciones, además se inyectará sus propias plaquetas para que la piel de su cara reciba un shock rejuvenecedor que la hará verse diez años más joven. En cuanto a su físico, la primera medida será una lipoaspiración con láser frío para deshacerse del sobrepeso. También se inyectará botox en distintas partes de su cuerpo para conservar la firmeza de su piel.

Las operaciones no terminan ahí, Kardashian planea un levantamiento de busto para seguir exhibiendo su escote dentro de fabulosos vestidos. También quiere afinar su cintura porque el embarazo se la ensanchó demasiado. Tampoco se olvidó de su mayor atributo: sus glúteos que la llevaron a la fama, ella planea un levantamiento de trasero, porque según su criterio, está un poco caído y quiere mejorarlo.

Su marido Kanye West, sus seguidores alrededor del mundo y los medios de comunicación en general, le recuerdan lo bella que es, puesto que ha sido portada de las publicaciones de moda más importantes del mundo, pero se ve que eso no le alcanza para sentirse segura. Cabe aclarar que además de la cirugías estéticas, ella continúa haciendo ejercicios con un personal trainer y se cuida en las comidas bajo la supervisión de un nutricionista quien le planifica su alimentación rigurosamente.

Su comportamiento es tomado como ejemplo para millones de chicas que harán lo imposible por parecerse a ella, aunque les cueste la salud.