El lunes 22 de junio se conocerá la sentencia por el femicidio de Laura Iglesias, asesinada en 2013 por Esteban Cuello en la ciudad de Miramar. La querella y la fiscal pidieron prisión perpetua para el acusado, mientras que la defensa pidió 25 años.

Laura Iglesias trabajaba en el Patronato de Liberados Bonaerenses (PLB). El miércoles 29 de mayo de 2013 había ido a trabajar sola. Tuvo que abandonar el auto en un camino vecinal de Miramar porque se le había quedado atascado. Luego de entrevistar a los detenidos con libertad asistida que tenía bajo su tutela, volvió hacia donde estaba su vehículo.

Desde ese momento nadie supo nada de ella, ni ningún familiar ni ninguna compañera de trabajo.

Un día después encontraron su cuerpo. Había sido violada. Ella intentó defenderse. La policía llegó a Esteban Cuello luego de que un testigo lo viera merodeando el auto y llevándose el estéreo. Además, Cuello tenía "antecedentes". Siendo menor de edad había sido acusado por el delito de abuso sexual con acceso carnal. Por eso fue condenado y luego puesto en libertad. La Policía lo volvió a detener. La acusación se terminó de cerrar con las muestras de ADN halladas en el cuerpo de la víctima. La Policía y la Justicia decidieron dar por finalizada la investigación. La Directora de Patronatos de Liberados Bonaerense, Alejandra López, también apoyó esa versión.

Pero las compañeras de trabajo de Laura no se conformaron. Sabían que había algo más.

Según denuncia Julieta Chevallier, del Patronato de Hurlingham, durante las cuatro jornadas del juicio "hubo cuestiones que no se investigaron". Julieta denuncia que, como al principio de la investigación, los jueces en estos días "querían cerrar en una única hipótesis", la que recae solamente en Cuello, para no investigar las demás líneas que proponen las compañeras y los familiares de Laura.

Una evidencia que presentó la querella y que la Justicia no tomó en cuenta durante el juicio es que al realizarse un peritaje fáctico sobre el expediente, se descubrió que en el femicidio de Laura pudieron haber estado involucradas más de una persona; Cuello no pudo haber actuado solo. Además, la querella y la familia explican que Laura tenía signos de haberse defendido pero que en el cuerpo del imputado no había ningún rastro de ello.

Además de lo anteriormente nombrado, las trabajadoras sociales y compañeras de Laura Iglesias ponen en manifiesto las condiciones precarias bajo las cuales trabajaba Laura.

Otra cuestión que no se investigó es la similitud de la escena del crimen con otros femicidios de la zona de la costa, como el de Natalia Melmann y Mara Matheu.

Gustavo Melmann, padre de Natalia, acompañó a la familia de Laura en esta búsqueda de Justicia. El caso de Natalia y de Laura son similares. A Natalia también la violaron antes de asesinarla. Fue en 2001. En Miramar. Encontraron su cuerpo a pocos metros del lugar donde encontraron el cuerpo de Laura. Y, hay un detalle que se repitió en ambos casos: las dos aparecieron ahorcadas con un cordón de sus propias zapatillas.

"Me siento responsable, porque la búsqueda de verdad y justicia sobre el homicidio de mi hija era tratar de culminar con este tipo de violencia", cuenta Gustavo, abrumado, con una culpa que nadie le puede sacar de encima.

La familia y las compañeras de Laura lograron que se abra una nueva causa para investigar si en su asesinato participaron más de una persona, si hubo "participaciones necesarias, coautorías y connivencias".

La querella pidió que se tenga en cuenta la figura de "femicidio", y que se consideren agravantes tanto el contexto laboral de Laura como el abuso sexual por el que había sido condenado Esteban Cuello cuando era menor de edad.

Su familia y sus compañeros, además de esperar que Esteban Cuello sea condenado, quieren que se halle, juzgue y condene a todos los responsables materiales y políticos del crimen para encontrar finalmente Verdad y Justicia por Laura Iglesias.