El 2 de julio de 1916 Uruguay le ganó 4 a 0 a Chile, en el estadio del Club GEBA, inaugurando el primer campeonato sudamericano de fútbol e iniciando una tradición que se expandiría y continuaría hasta nuestros días.

El 3 de junio próximo será se celebrará el torneo que conmemora los 100 años del campeonato sudamericano, que tendrá lugar -curiosamente- en Estados Unidos. Es que, en estricto rigor, será la primera vez que oficialmente participan múltiples selecciones de la CONCACAF, además de las habituales afiliadas a la CONMEBOL. Clasificadas por su posición en la Copa de Oro del pasado año Haití, Panamá, Costa Rica, México, Jamaica y el propio EE.UU serán de la partida en esta edición extraordinaria, que luego de múltiples idas y vueltas, fundamentadas principalmente en el poco interés de los dirigentes del fútbol latino en visitar EE.UU en pleno conflicto de la justicia de ese país con la FIFA, se realizará en el país anfitrión del mundial '94.

Argentina tendrá la posibilidad inmediata de vengar la final perdida con Chile en la última edición, y consagrarse como el equipo que más veces se adjudicó el torneo, competencia que curiosamente no gana desde 1993, pese a haber jugado tres finales (2004, 2007 y 2015) y haber recibido el torneo (2011) en una ocasión. Lamentablemente, y aún si el equipo del Tata Martino consigue consagrarse, no podrá participar de la Copa de las Confederaciones ya que ese privilegio fue para el campeón de la competición regular que es justamente Chile.

A esperar entonces el próximo 21 de febrero (en el Hammerstein Ballroom de Nueva York), el sorteo de los grupos, donde Estados Unidos, México, Brasil y Argentina y curiosamente no Chile (reciente campeón) ni Uruguay (campeón en 2011 y el más ganador del torneo) parten como cabezas de serie.

La explicación de tamaña decisión aparece relacionada con la utilización del siempre polémico Ranking FIFA para establecer la disposición de la Selecciones en los diferentes “bombos” sobre los cuales se construye el sorteo.

Finalmente, la CONMEBOL aseguró que la realización de este torneo no afecta las ediciones habituales de la Copa América, cuyos próximas ediciones están confirmadas en Brasil (2019) y Ecuador (2023).