La historia de Irena Sendler estuvo escondida por más de cincuenta años. Nació en Polonia en 1910, su padre fue un médico que le enseñó la ética con la que en su juventud salvaría a dos mil quinientos niños judíos: "Irena, sí ves a alguien ahogándose, aunque no sepas nadar, lánzate a salvarlo". Trabajó como enfermera en Varsovia, hasta que en 1942 los nazis encerraron a 450.000 judíos en un gueto.
Los alemanes encargaron a los médicos y enfermeras que vigilaran a los enfermos con el fin de evitar la propagación de sus enfermedades.
Desde ese momento Irena supo, que el fin de todos los judíos, era la muerte. Y ahí comienza su trabajo ético. Consiguió permisos falsos para poder entrar y salir libremente del gueto, y hasta 1943 logró sacar a escondidas a muchísimos niños. Los sacaba escondidos en bolsas de papa, en ataúdes, entre restos de basura. Se valió de todos los medios posibles para poder salvarlos. Los niños salían convertidos en niños católicos con una identidad nueva. Ella, a pesar de ser católica, siempre llevaba una Estrella de David en su brazo, para no levantar sospechas entre los nazis y como una señal de respeto a los judíos que estaban allí.
En octubre de 1943, alguien delató a Irena Sendler, que fue detenida por la Gestapo y trasladada a la cárcel de Pawiak, donde fue brutalmente torturada. Le rompieron los pies y las piernas, dejándola en silla de ruedas por el resto de su vida. Antes de su detención se encargó de documentar y esconder la identidad de los niños que había salvado, escribió los nombres de los niños y los guardó en frascos de dulce que enterró debajo de un manzano. La tortura no pudo hacer que ella revelara el secreto. Durante su estadía en la prisión fue condenada a ser ejecutada, pero el soldado que la llevaba hacia la muerte, la dejó escapar.
Una de las niñas rescatadas fue Elzbieta Ficowska, que tenía cinco meses de edad cuando Irene y una compañera le dieron un narcótico y la pusieron en una caja de madera con agujeros, para sacarla del gueto en una cargamento de ladrillos.
La niña fue criada por una viuda católica. Irena Sendler murió el 12 de mayo de 2008, en Polonia. Su historia se conoció por la investigación que hicieron unos estudiantes de Kansas, EE.UU, para su trabajo final sobre Héroes del Holocausto. Ella nunca hizo alarde de sus heroicos actos, siempre se limitó a decir que "había cumplido con su deber".