Hoy abre al público el Oculus de Nueva York, la estación de subte más cara del mundo, cuyo costo final fue de 4000 millones de dólares, el doble de lo estipulado al principio. La diseñó el arquitecto español Santiago Calatrava, su obra fue muy criticada por su elevado precio y por todos los retrasos que tuvo la misma desde el año 2004, cuando se anunció su creación. Es la estación de trenes del World Trade Center (WTC), donde sucedieron los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001, está hecha alrededor del lugar donde estaban las torres gemelas.

La estación se abrirá sin ceremonia oficial, pero habrá una en la cuarta semana del corriente mes, cuando se inaugure definitivamente.

El lugar se llama 'The Oculus' porque tiene forma de óvalo, mide 112 metros de largo y su techo tiene la exquisita forma de una ave, que abre sus alas para iniciar su vuelo. En el mes de agosto, el lugar tendrá un shopping de 34 mil metros cuadrados con locales de todo tipo, incluyendo bares y restaurantes. Se calcula que cuando la estación esté totalmente lista, la usarán una 100 mil personas por día. Aunque dicen que estos datos no son confiables porque mintieron mucho anteriormente, refiriéndose al costo y al tiempo que demandó la obra.

Las críticas sobre esta espectacular creación de Calatrava no se hicieron esperar: el célebre diario 'The New York Times' dijo que le pareció "deslumbrante", al 'New York Post' le pareció "la obra más fea del mundo y un desperdicio de dinero".

Por su parte el diario 'Wall Street Journal' dijo que el diseño le pareció "extraño pero original". La intención final de la obra es que represente el renacer de la ciudad de Nueva York, luego de sufrir el peor atentado terrorista de su historia.

En su parte operativa se quiere logra que el 'Oculus' conecte once líneas de metro, con la línea de trenes que une Nueva Jersey con Nueva York. Además calculan que millones de turistas de todo el mundo le darán celebridad internacional a esta obra arquitectónica desmesurada.