Para comenzar se pidió apagar los cigarrillos, fueran estos de tabaco o de cualquier sustancia ilícita. Luego, el público se acomodó, asomó la cabeza para ver cómo se corría la cortina, se interrumpió el barullo y los chiflidos y todos prestaron atención a la imagen de espacios naturales proyectada en la pantalla. Acto seguido ingresaron las protagonistas, Cocorosie, en su cuarta presentación en Argentina.
Vestidas de un modo particular, las hermanas Bianca y Sierra ingresaron al escenario con trajes de estilo victoriano con retoque. Tez, 'beatmaker' de París, tenía un cuello de plumas y Takuya, el tecladista neoyorkino que los acompaña en sus últimas presentaciones, se maquilló la cara completamente de blanco. Cada detalle en los shows de Cocorosie cuenta y le dan al espectáculo el sello teatral y poético que tanto busca esta agrupación experimental formada en 2003, en Francia.
Si bien en 2013 hicieron la presentación oficial de 'Tales of a Grass Widow', esta vez también arrancaron su show en Niceto con temas de ese disco como 'End of a Time', 'Far Away', 'Gravedigress' y 'Villain', composición un tanto 'poperay' bailable. Luego de 'Villain' se efectuó el primer cambio de vestuario y Sierra, con una maya de red fucsia muy ochentosa “destrozó el escenario”, pero no cantando, sino bailando casi como en ejercicios de 'cardio', riéndo y festejando durante 4 minutos. La energía que fluía desde el escenario hacia el público era directa y duró una hora y media hasta que terminó el recital.
Otro momento de mucho “agite” fue cuando Tez, marcando el ritmo en movimientos mecánicos con su mano derecha como una anguila eléctrica, deslumbró a todos haciendo un solo de 'beatbox' de cinco minutos con compases de cuatro tiempos que a veces se volvían de 16, tipeando cada nota con la lengua y el aire de sus pulmones, con ritmos cortos y largos, graves, profundos y agudos, más bajos y más altos.
Esta energía también se percibió entre Sierra y Bianca. Ellas tienen una contraposición interesante, no sólo entre el falsete rasposo de Bianca y los alaridos de soprano de Sierra. Sino también en una especie de confrontación entre la seriedad de Bianca, a la que muy pocas veces se la ve sonreír en el escenario y la simpatía de Sierra que baila girando sobre sí misma, sonríe la mayor parte del tiempo y agradece los aplausos al finalizar cada canción.
Queda claro que en el avance musical desde 'Grey Oceans' (2011), pasando por el single 'We Are On Fire' (2012), hasta de 'Tales of a Grass Widow' (2013), se buscó un sonido igual de profundo que en discos anteriores como 'Noah’s Ark', pero dejando de la lado la sensibilidad infantil o aniñada, de los juguetes de bebé o teclados que emiten sonidos de animales. No hubo tantos juguetes en esta ocasión pero sí mucho teclado y, por supuesto, la base fundamental que marca el camino de cada tema, que es Tez.
En términos generales sonó bien. Por momentos parecía más un ensayo y por otros una presentación. Molestaba un poco que entraran y salieran del escenario al finalizar cada tema o tema por medio. Emocionó mucho 'Sunshine', 'God Has A Voice', 'She Speaks Through Me' y el cierre con 'Turn Me' On'. Un abrazo de amor inconmensurable entre las dos hermanas le puso el selló final a una noche inolvidable que se repetirá nuevamente mañana, viernes, en el club nocturno Niceto.
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