¿Valen miles de interpretaciones entonces?

Creo que no hay frase más acertada. El modo en el cual el espectador se vincule con su cotidiano, imaginario y experiencias será lo que determine como se va a vincular con la obra. Eso es lo más interesante de exponer una obra, que la destruyan (en un sentido agradecido), que la completen valga la redundancia.

¿Eso genera incomodidad en el público que ve tus obras?

No sé si genera incomodidad, si pasa, está bien, están en el Teatro, a mi me gusta que estén presentes, como te decía, bienvenido sea aquel que se incomode y se lleve una experiencia.

¿Qué tiene que tener un actor para trabajar con vos?

Humildad, entrega al trabajo, confianza, curiosidad. Que pueda entender que no es nada más ni nada menos que un canal expresivo y un engranaje de la obra, lo mismo que soy yo. Obvio que tiene que tener herramientas, pero creo que si alguien está en escena, humildemente, no tiene techo.

Demasiado Ego…

Vos lo dijiste. Demasiado… creo que es necesario pararse con seguridad, quererse, ubicarse y trabajar confiando. Sin embargo, si no podes entender que hay cosas que no sabes, cosas que tenes que descubrir y conocer, no vas a poder conectarte con los materiales, compañeros y propuesta y como resultado el trabajo será únicamente correcto. Entiendo al teatro como una zona de riesgo porque está vivo fundamentalmente debido a que lo hace gente que está viva, y eso es un estado de caos permanente.

En definitiva, quien no lo entienda de esa manera y no trabaje con humilidad, entregándose al caos, logrará otras cosas, otras obras, logrará resultados, cosas que cada vez me interesan menos.

Sobre la autora y directora:Rocío Rodríguez Planes (1989) es Actriz y Directora de artes escénicas recibida en el Centro de Investigación Cinematográfica.

Se formó en dramaturgia con Marcelo Bertuccio, Alejandro Genes y Fernando Campaña.

Trabajó como actriz, productora y directora en varios proyectos como Instante Previo, La inocencia de las piedras, Pequeños fragmentos acerca de ella, Lecciones para un caballo intolerante, Sun Palace, El cumpleaños de la Patria, Hombre Vertiente y Proyecto L entre otros.

Como joven artista, comienza a mostrar interés por las patologías amorosas en los seres humanos, especialmente las sexuales así como también por los universos decadentes y atrapados en un malestar cotidiano