En la tarde del pasado sábado los fanáticos argentinos de Linkin Park se congregaron en el Obelisco para hacer un último homenaje al fallecido líder de la banda, Chester Bennington.

La fatídica noticia se había conocido la tarde del jueves mediante el portal de noticias TMZ, que tuvo la primicia del hecho que nadie quería creer: el músico, cantante y artista Chester Charles Bennington se había suicidado en su residencia de Palos Verdes, en Los Ángeles, dejando atrás a sus hijos, esposa, compañeros de banda y miles de millones de fanáticos alrededor del mundo que hoy lloran su partida.

En el atardecer del sábado varios fans de Linkin Park, caracterizados por su pasión y empatía, se reunieron para homenajear a su ídolo a los pies del Obelisco porteño, donde improvisaron un santuario con fotos y velas, además de escuchar las canciones que el cantante dejó para expiar el inmenso dolor que no encuentra consuelo por la pérdida de un artista y ser humano de la calidad que lo fue Chester Bennington.

Desde sus inicios, las letras compuestas por la voz principal de Linkin Park siempre fueron oscuras, y retrataban los constantes problemas de ansiedad y depresión que depredaban la mente de Chester. Sin embargo, nadie jamás se espero un exabrupto tal como la noticia de su suicidio.

Según afirmaron las autoridades de Los Ángeles, el cantante fue hallado cerca de las 9 A.M por un empleado de la residencia.

Se confirmó que el cantante estuvo bebiendo horas posteriores al hecho y su muerte tuvo lugar por un ahorcamiento, realizado con un cinturón que amarró a la puerta de su habitación. Curiosa y trágicamente, fue de la misma forma que se había suicidado Chris Cornell, uno de sus más cercanos amigos.

Chester Charles Bennington no solo fue un cantante, un músico talentoso y un excelente ser humano, padre cariñoso y un amigo entrañable de sus cercanos, fue un voz que marcó varias generaciones, moldeando el carácter e identidad de muchos adolescentes con su música, que parecía un atisbo de fuerza en los momentos más oscuros.

Sin embargo, ni siquiera el enorme poder de su voz pudo salvarlo de sí mismo, ya que nunca sabremos que pudo llevarlo a tomar tan extrema decisión. Pero todo indica que los demonios que lo atormentaban terminaron por apagar su gran pasión en un momento de inlucidez.

Solo queda recordarlo de la mejor forma con su legado musical, las leyendas musicales de su calibre siempre serán recordadas.

Una página oficial fue levantada en su memoria, mostrando el numero de teléfono de prevención de suicidio para zona de Estados Unidos, y además los mensajes con el hashtag #RIPCHESTER, para honrar su memoria.