Facebook, Twitter, Instagram, Pinterest, destapan parte de nuestra intimidad, si bien, uno elije qué decir, qué mostrar,a veces por impulso se escriben ciertas frases que al estar mal escritas, no se transmiten de la forma que uno quiso, como también imágenes que hablan más que las palabras, que no son apropiadas para un espacio social abierto, dentro de los valores éticos y morales que tiene nuestra sociedad.
Es arriesgado escribir lo que se cruce por nuestras cabezas, un buen consejo que se me ocurre es detenerse a pensar un minuto lo que va a plasmarse en esa red social.
Esto no restringe la libertad de expresión, ni mucho menos, sino que al ser prácticamente nuevo para muchos,(un caso es el de Facebook creado hace once años) no existe un uso realmente claro, en su totalidad.
Hay una realidad, y es que las personas más adultas no quieren quedarse afuera, y desean conocer este medio altamente novedoso,que para los jóvenes resulta tan familiar y habitual. Entonces se produce muchas veces ciertas falencias en la comunicación.
Niños, adolescentes, adultos, todos en una misma red, todos conectados, pero con lenguajes distintos, lógicos porque hay una brecha entre edad y edad que provoca esta situación. y ciertas manifestaciones escritas pueden dañar la susceptibilidad de quien las lee.
Recordemos que quien se encuentra detrás de la máquina es un ser humano, que tiene sentimientos, pensamientos y puede sentirse disconforme con la declaración del otro.
Es prácticamente nuevo estar en Redes Sociales y tener un "perfil" con el que uno se presenta a otro y puede poner lo que se le ocurra, puede ser falso o real, y esto no sé si está tan bueno.
A veces lo real es peligroso para la mirada de algunos perversos malintencionados y lo falso es aún más. Estamos en el medio de una situación que se encuentra en la delgada línea de ser arriesgado, por la exposición constantes de imágenes que antes, en los viejos tiempos, no estaban al alcance de cualquier persona. Hoy, una fotografía de alguien, puede recorrer el mundo a través de internet.
Lo que se escribe en estos espacios sociales, ubica a los usuarios en una postura frente a una situación determinada, que puede o no ser con intenciones políticas, pero que frente a la mirada del otro, quien postea, siempre tiene que estar dentro de una ideología. Esto muchas veces, genera recelos, bronca, disentimiento, disputas, etc. Acto seguido, comienza una discusión por las redes sociales, limitadas por cantidad de palabras, y el sentido con el que se publica ciertos comentarios, pueden ser interpretados con un tono muy diferente al que se quiso comunicar.
Frente a frente, el tono de la voz se expresa de cierta forma que no suele generar múltiples interpretaciones, además de acompañar esto con lo corporal, que sabemos bien que también habla y mucho al momento de entablar una conversación.
Esto se pierde en las redes sociales.
Cuando enviamos un curriculum vitae a una empresa, el área de recursos humanos tiende a explorar nuestros perfiles, porque como mencioné anteriormente, esto habla de nosotros.
Los niños leen lo que escriben los adultos, ¿esto está bien? ¿ el lenguaje, el sentido con el que se escribe, es el mismo? Cuando en mi hogar se festejaba un cumpleaños, me aburría mucho sentarme con los grandes porque no entendía de lo que hablaban. Me levantaba y me iba a jugar con quienes tenían mi edad. No me incumbía en conversaciones que nada tenían que ver con mi etapa . Me da la sensación que hoy las cosas se hallan un tanto mezcladas y no sé si es tan positivo.
También me cuestiono si los niños deben perder tanto tiempo en redes sociales en vez de ir a jugar con sus amigos e intercambiar ideas con ellos y no con una máquina que sólo hace lo que le decimos que haga.
Esta exposición de palabras, queda a libre interpretación.