Si analizamos el futuro electoral de octubre en base a los resultados que ya se estuvieron dando en los diferentes distritos donde se realizaron las elecciones locales veremos que un escenario de triunfo en primera vuelta es prácticamente imposible. Ningún candidato podrá llegar ni al 45% para ganar directamente y tampoco podrá obtener el 40% y esperar que su seguidor más próximo quede a más de 10%. A continuación analizaremos los datos que ya tenemos de cada elección provincial realizada y veremos que deberían obtener en las siguientes para alcanzar la victoria.

Veamos los resultados que se dieron hasta ahora en las provincias de Santa Fe, Córdoba, Salta, La Rioja, Neuquén, Chaco, Mendoza, Río Negro, Tierra del Fuego y la Ciudad de Buenos Aires. Según las fuentes oficiales de los escrutinios, tanto el Frente para la Victoria (FPV) y Cambiemos (PRO+CC-ARI+UCR) están parejos en la cosecha de votos con 2.760.00 y 2.625.000 respectivamente, y más atrás viene el Frente Renovador con 1.190.000.

También tenemos 1.575.000 votos que han quedado en manos de fuerzas que no competirán en la elección presidencial y por ahora no dijeron si apoyarán a otro candidato o dejarán que sus electores elijan a quién votar. Otro dato significativo es que, en promedio, concurre el 80% de las personas a votar y que de estos votos un 5% son en blanco o anulados.

Ahora que tenemos los datos realizaremos el análisis.

En las elecciones de octubre estarán habilitados para votar poco más de 30.573.000 ciudadanos, y si descontamos el ausentismo, los votos en blanco y los anulados, nos quedan como votos válidos 23.235.000 votos. Para ganar una elección presidencial en primera vuelta se necesitarán 10.456.000 votos, o 9.294.000 más 2.323.500 de diferencia sobre el segundo.

Si a estos votos les descontamos el 15% que generalmente queda repartido entre los partidos de menor convocatoria y los sufragios que cada una de las fuerzas principales tendría en virtud de las elecciones ya realizadas quedarán finalmente 13.175.000 votos para repartir.

Analicemos qué necesita cada uno de lo que falta.

Rápidamente podemos descartar al Frente Renovador, ya que necesitaría al menos un 61% de los votos restantes, algo impensado viendo que en Córdoba, donde De la Sota es muy fuerte, no ha podido llegar a ese porcentaje.

Primero observemos el caso de una victoria directa por alcanzar el 45% de los votos para el FPV o para Cambiemos, donde necesitarían un 58% y 59% de los votos restantes respectivamente. Esto es casi imposible, dado que ni el FPV ni Cambiemos tienen expectativas de llegar a esos porcentajes en los distritos que quedan, especialmente en la provincia de Buenos Aires.

La última posibilidad de alzarse con la victoria es obtener el 40% y para ello necesitarán 49,5% el FPV y 50,6% Cambiemos.

Este escenario pudiera parecer factible especialmente del lado del FPV, pero en las encuestas más optimistas llegan sólo al 42% y las pesimistas los ubican por debajo del 30% en la provincia de Buenos Aires, donde se encuentran la mayoría de los votos que faltan y se sienten ganadores, pero todavía lejos de asegurar la presidencia en primera vuelta.

En resumen, el escenario de tener un presidente electo sin necesidad del ballotage es prácticamente imposible, dado que las tendencias que marcan las elecciones provinciales ya realizadas y un cálculo de lo que necesitarán a futuro no dejan ver un claro ganador y se tornan difíciles de sostener para quienes insisten en verse como presidentes electos.