Es sabido que el gobierno de Cristina Kirchner, y el liderazgo del kirchnerismo en Argentina, ha logrado deteriorar y hacer retroceder al país casi hasta las mismas circunstancias de las crisis de una década atrás. Pero hoy, a días de la finalización de su mandato, es visible a leguas no solo por sus recientes actitudes, sino también por su mandato a lo largo de los años, que sin dudas es la peor presidente democrática en la historia nacional.
No satisfecha, después de más de una década de permanencia de su "modelo" gobernando Argentina (que resultó en una inflación actual de más de 30 por ciento, un nivel de desempleo mayor al 20 por ciento, un banco central en estado de déficit total, índices de pobreza ocultos y faltos de medición durante los últimos 3 años,.
Sin embargo, se estima que es mayor a un 15 por ciento de la población total, y una fractura social que dividió culturalmente al país en dos), Cristina intenta plantearse como líder de la futura oposición al oficialismo Cambiemos, y está en plan de boicotear la futura gestión de Mauricio Macri.
Hace pocos días, en la primera reunión para el traspasó, la postura de la futura ex presidente fue de negar a Macri toda información, apoyo y comunicación de la situación del país hasta el próximo 10 de diciembre, fecha cuando el candidato asumirá la presidencia de la Nación. Esta situación no fue única, sino que todos los gobernadores y intendentes del kirchnerismo siguieron la pauta de Cristina intentando entorpecer no solo el traspasó a los nuevos funcionarios, sino también la próxima gestión.
Denuncias de robos, no solo de inmuebles y instrumentos del estado de las sedes de gestión, sino también el ocultamiento y la desaparición de registros públicos.
Uno de los casos más recientes es el de el intendente de Pinamar, que denunció que los vehículos de la intendencia no funcionaban, no tenían sillas. Además, los altos funcionarios estaban tomando cerveza en la intendencia, demostrando una total falta de profesionalismo con su cargo.
Bajo la pauta de la Presidenta, el oficialismo intenta entorpecer con saña, odio, y falta de respeto, no solo a la nueva gestión, sino a decisión del pueblo de optar por el cambio. Hoy, en una sesión extraordinaria en la Cámara de Diputados, el kirchnerismo logró aprobar más de 91 leyes, que lo único que hacen es atar aún más las manos del próximo Gobierno.
¿Hasta dónde avanzará Cristina en su intento de envenenar y complicar aún más la situación del país? No solamente su gestión deja un país devastado, sino que hasta el último segundo su plan es el de destruir lo poco que queda en pie. De modo que la gestión de Macri será -como mínimo- un desafío con dificultades extraordinarias.