La indignación y la repulsión pública por el accionar de la Justicia llegó a un punto culmine ayer, cuando se dictaminó que el asesino de Brian sea liberado.
Brian era un chico de 14 años que salió a pasear con su abuelo por las calles de Flores, una tarde de 24 de diciembre como cualquiera otra, cuando dos motochorros a sangre lo remataron de un tiro en la cara sin motivo, razón o circunstancia, ya que los ladrones se encontraban huyendo de una escena donde habían cometido otro crimen. El asesino tiene apenas 15 años pero era diestro manipulando armas y con varios antecedentes, fue liberado y enviado a Perú donde se encontrará con sus padres, sin ninguna restricción o castigo legal.
Sin embargo, Argentina es uno de los pocos países del mundo donde ocurren estas situaciones tan irrisorias, sin contar los países o territorios que viven en completa anarquía.
En Estados Unidos, el país de la libertad, cerca de 3000 menores se encuentran condenados bajo cadena perpetua por graves crímenes con armas y hasta delitos de robo agravado, e incluso se los mantiene recluidos de la sociedad hasta cumplir la mayoría de edad, momento en el que son condenados a pena de muerte y ejecutados. En este caso muy probablemente el asesino de Brian estaría condenado a cadena perpetua, condena que se cumple rigurosamente en ese país.
En otros países más lejanos, podemos encontrar por ejemplo Sudán, Irán y Yemen, países arrasados por el delito, pero que como contramedida aceptaron la pena de muerte para menores.
Con lo cual reducen la reincidencia en un 100% ya que como se demostró, los ladrones y drogadictos reincidentes son personas irrecuperables.
Otro ejemplo más cercano, en Perú se condena a los menores de hasta 15 años por ser soldados del narco y cometer asesinados, allí se los encierra en cárceles para adultos sin posibilidad de salidas transitorias.
Otro ejemplo es Chile donde los menores que cometen asesinatos pueden ser condenados hasta 15 años.
Sin embargo Argentina es el país del chiste, donde un menor puede asesinar a mansalva, de forma aleatoria y sin resguardo alguno, y es protegido por las leyes y los jueces corruptos que no operan a favor de la víctima, sino para beneficiar al victimario.
En estos casos, la víctima y la familia son totalmente pisoteados por el estado, ignorados y dejados al amparo. Si el mismo crimen hubiera sucedido en cualquier otro país de Latinoamérica, el menor asesino sería rápidamente encarcelado y castigado.
Esta situación ya es intolerable, Argentina se volvio un pais inevitable y ni el Estado, ni la justicia hacen nada para mejorar la situación, el resguardo de la vida depende únicamente de uno mismo.