El domingo pasado Luis Majul reveló que el presidente Mauricio Macri tiene una lista negra de personas que le gustaría ver presos.

El Presidente siempre se mostró algo débil, o incluso tibio, a la hora de encabezar la lucha contra la corrupción, y la delincuencia política y empresarial, dejando todos en manos de la Justicia, aunque con una tendencia indiferente. Sin embargo, para sus adentros, el mandatario tiene muy claro quienes son los enemigos de la democracia y de Cambiemos, por lo que formuló una lista virtual, una suerte de lista negra de personas a las cuales dijo que le gustaría “meter en un cohete y enviarlos a la Luna”, forma carismática de afirmar que quiere deshacerse de ellos lo antes posible.

Esta curiosa lista ya fue nombrada en algunas ocasiones. Al parecer la misma se compone de 562 personas, las cuales conforman una suerte de mafia multi-sectorial de encubrimiento y corrupción de distintos ámbitos, donde la complicidad y la ilegalidad son moneda corriente de un sistema que contamina el Estado y es, hasta hoy en día, difícil de erradicar de todas las áreas. Entre ellos se encuentran dirigentes sindicales - como el detenido “Pata” Medina-, jueces de la corte, políticos y funcionarios de alto rango con poder e influencia.

La famosa lista negra llegó a oídos de la multi-procesada y acusada judicialmente Cristina Fernández de Kirchner, quien se auto adjudicó el puesto número uno de la lista negra de Macri. Como líder de la agrupación política corrupta Unidad Ciudadana, la misma bromeó acerca de la lista comparándola con una lista de supermercados.

Lo cierto es que Cristina como símbolo de la corrupción y la putrefacción de un sistema político nefasto que durante décadas vació las arcas del Estado, y continúa hasta hoy en día aprovechándose de una pobre promoción de la ciudadanía que frente a no tener posibilidades (por el mismo sistema exclusivo que fundó el kirchnerismo), depositan su confianza en una figura inmunda como Cristina, como si un tema de fe se tratara.

En una época cargada de política previa a las elecciones legislativas, todo el sistema político intenta llevar agua para su propio molino, lo cierto es que el peronismo dividido y fraccionado por el Kirchnerismo y diferentes facciones verticalistas y autoritarias podría ser el mejor escenario para Cambiemos, quienes presentan la propuesta más sólida entre los candidatos, aunque aún sin un proyecto de país claro.

Por su parte, Macri trabaja cada día para lograr una mejora en la Argentina, y no se reduce a simples ataques como otros partidos insignificantes y con varias causas de corrupción.