Mientras el ex-motonauta se fortalece en las encuestas y a pocos días del límite para la presentación de listas, un sorpresivo tuit del secretario general de la presidencia Wado de Pedro (@wadodecorrido) decidió dar la primicia:
"Es una gran decisión de @danielscioli ofrecerle a Carlos Zannini la candidatura a vicepresidente de la Nación"
Una noticia ampliamente festejada por el oficialismo más puro, cómo Aníbal Fernandez, Diana Conti y el padre del candidato K a jefe de gobierno de Buenos Aires, Hector Recalde.
Pero con un gran herido: Florencio Randazzo.
Los más enfáticos en lograr que el Ministro del Interior y Transporte decline su candidatura son los gobernadores del norte y centro del país, dado la poca intención de voto que posee Randazzo en esas localidades. Cristina los habría escuchado y, desde fuentes cercanas al gobernador, aseguran que fue ella quien lo autorizó a dar el mensaje de su vicepresidente. Sin embargo, desde sectores cercanos a Randazzo interpretan la noticia como una "operación de prensa" e incluso, Ariel Franetovic, el presidente de Trenes Argentinos, se descargo en su Facebook:
"Apoyar a Daniel Scioli es renunciar al proyecto, es traicionar a Néstor Kirchner, a Cristina, es abandonar las convicciones de un Estado independiente. Apoyar a Scioli desde el Kirchnerismo es la traición a un hombre que pasó gloriosamente a la historia, es olvidar todas y cada una de las agachadas y especulaciones del sciolismo, es olvidar que en cada momento difícil y de hostigamiento a los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, este señor, disfrazado de kirchnerista, se puso de la vereda de los mayores hostigadores del gobierno."
A esta altura todos aguardan que el Ministro del Interior y Transporte decline su candidatura y lo siguen considerando como un potencial candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires, aunque Randazzo se resiste a dirimir y declaro que: "Si yo no puedo participar de las primarias, voy a ser un simple militante, pero sin ejercer un cargo público."
La relación entre el kirchnerismo y sus vicepresidentes nunca ha sido buena, ¿Será esta la excepción o podrá ser otro garrafal error del oficialismo?